Blog

6 consejos para conservar y preparar el pollo correctamente

La Seguridad Alimentaria es un tema que nos concierne a todos, ya que los alimentos que consumimos pueden afectar a nuestra salud de forma positiva o negativa.

Por eso, es importante que sepamos cómo elegir, conservar y preparar los alimentos de forma adecuada, para evitar riesgos de contaminación, intoxicación o enfermedades.

En este artículo, vamos a centrarnos en un alimento muy común y nutritivo: la carne de pollo. Sabrás qué es lo que debes hacer para prepararlo y conservarlo correctamente.

Pero antes:

Seguridad Alimentaria: Un repaso

Ya hemos hablado sobre la Seguridad Alimentaria. Es un derecho humano reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y un objetivo de desarrollo sostenible.

La Cumbre Mundial sobre la Alimentación, celebrada en 1996, define a la seguridad alimentaria como el “acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen las necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana”.

La Seguridad Alimentaria engloba la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad de los alimentos para toda la población.

Sostener estos cuatro pilares es un desafío global que requiere la colaboración de todos los actores involucrados: gobiernos, organismos internacionales, sector privado, sociedad civil y consumidores.

Qué puedo hacer yo para garantizar mi salud?

Como ya hemos visto, el tercer pilar, la utilización, se refiere al aprovechamiento biológico y nutricional de los alimentos. Implica que los alimentos sean seguros, higiénicos y saludables y que se consuman de forma equilibrada y variada.

El pollo es una fuente de proteínas, vitaminas y minerales, que nos ayuda a mantener una dieta equilibrada y saludable. Sin embargo, también puede ser un vehículo de transmisión de microorganismos patógenos, como la salmonella, la campylobacter o la listeria.

¿Qué podemos hacer entonces para disfrutar del pollo sin poner en riesgo nuestra salud? Aquí te decimos cómo:

  • Compra el pollo en establecimientos autorizados y confiables, que cumplan con las normas sanitarias y de calidad. Revisa la fecha de caducidad y el aspecto del producto. El pollo debe tener un color rosado o blanco, sin manchas oscuras o verdosas, y un olor fresco y suave.
  • Transporta el pollo en una bolsa aparte del resto de alimentos, para evitar el contacto con otros productos que puedan contaminarlo. Si vas a tardar más de media hora en llegar a casa, usa una bolsa térmica o una nevera portátil para mantener la cadena de frío.
  • Almacena el pollo en el refrigerador o el congelador lo antes posible. Si lo vas a consumir en uno o dos días, puedes guardarlo en la parte más fría del refrigerador (entre 0 y 4°C). Si lo vas a consumir más tarde, debes congelarlo (a -18°C o menos) y descongelarlo en el refrigerador cuando lo vayas a usar.

TIP: de acuerdo a la FAO, poner un alimento bajo un chorro de agua fría sí es un método seguro para descongelarlo. En el caso del pollo, pon la bandeja sin abrir bajo el agua.

Fuente: FAO

  • Lava bien tus manos, los utensilios y las superficies que vayas a utilizar para manipular el pollo. Usa un cuchillo y una tabla de cortar exclusivos para el pollo, y lávalos con agua caliente y jabón después de usarlos. No laves el pollo crudo bajo el grifo, ya que puedes esparcir las bacterias en la cocina.

Este último punto es particularmente importante por algo llamado Contaminación Cruzada. Este tipo de contaminación ocurre sobre todo cuando permitimos el contacto de un alimento crudo con uno cocido a través de tablas para cortar o cuchillos.

  • Cocina el pollo a una temperatura adecuada (al menos 75°C en el centro) hasta que esté bien hecho y no quede nada de carne rosada o jugos rojos. Puedes usar un termómetro de cocina para comprobar la temperatura. Si vas a usar salsas o marinados para el pollo, no los utilices si han estado en contacto con el pollo crudo.
  • Consume el pollo cocinado lo antes posible o guárdalo en el refrigerador en un recipiente cerrado. No lo dejes más de dos horas a temperatura ambiente. Si quieres calentarlo, hazlo hasta que esté bien caliente por dentro.

La Seguridad Alimentaria es una responsabilidad compartida entre todos los actores de la cadena alimentaria, desde los productores hasta los consumidores.

Siguiendo los pasos que enumeramos anteriormente, podrás disfrutar del pollo con tranquilidad y seguridad. Recuerda que tu salud depende en gran medida de ti y de tus hábitos. ¡Cuida de ti y tu familia!

¿Has descubierto algún consejo que desconocías? ¡Te leemos! Recuerda que se puede comer sano y delicioso al mismo tiempo. Haz click aquí para describir nuestra receta de Pollo A La Cazadora.

Seguridad Alimentaria: Así se garantiza la salud del consumidor

Como ya debes saber, en España tenemos la garantía de que los alimentos que consumimos son seguros y no representan un riesgo para nuestra salud. El organismo público que se asegura de ello es la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que a su vez depende del Ministerio de Consumo.

Este tema nos concierne a todos. Por eso, es importante que estemos informados como consumidores, y que exijamos alimentos seguros y de calidad. Así, contribuiremos a garantizar la salud pública y a proteger el medio ambiente.

Es por ello que te queremos explicar los conceptos básicos y las medidas que se aplican para proteger la salud de los consumidores españoles.

¿Qué es la Seguridad Alimentaria?

En principio, podríamos definir la Seguridad Alimentaria como la garantía de que los alimentos que consumimos son seguros y no representan un riesgo para nuestra salud.

Dicha definición es correcta, pero el concepto hace referencia a mucho más que consumir alimentos que no sean dañinos para nuestra salud. A eso hay que añadir que, en la medida de lo posible, hay que optar por comida con alto valor nutritivo.

Como hemos dicho antes, el pollo es una excelente opción, ya que aporta proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, el magnesio y el fósforo.

La Seguridad Alimentaria también implica que los alimentos que compramos cumplan con los requisitos de calidad, composición, etiquetado e información que establece la normativa.

En el caso de España, es ahí donde entran en juego diferentes organismos e instituciones que se encargan de elaborar, aplicar y supervisar la normativa vigente, así como de coordinar las actuaciones entre las distintas administraciones públicas —estatal, autonómica y local—.

Seguridad Alimentaria en España

Como ya hemos dicho, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es el organismo público encargado de proteger la salud de los consumidores españoles.

Entre sus funciones se encuentran:

  • Controlar el mercado de productos alimentarios para asegurar el cumplimiento con la legislación vigente.
  • Gestionar y evaluar los riesgos para proteger la salud de la población y alertar en caso de ser necesario.
  • Coordinar las actividades de los laboratorios oficiales de control alimentario.
  • Colaborar con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y otros organismos internacionales en materia de seguridad alimentaria.
  • Elaborar e implementar planes, programas y campañas relacionados con la seguridad alimentaria y la nutrición saludable.

La AESAN también se encarga de velar por el cumplimiento de la Trazabilidad Alimentaria en España.

Trazabilidad alimentaria

La Trazabilidad Alimentaria es la capacidad de encontrar y seguir el rastro de un alimento, un pienso o un ingrediente a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución.

Es un requisito legal establecido por el Reglamento 178/2002 de la Unión Europea, que tiene como objetivo garantizar la seguridad alimentaria y proteger la salud de los consumidores.

Se basa en tres principios:

Identificación: Se refiere a la asignación de un código o una etiqueta que permita diferenciar un producto o un lote de productos de otros similares. La identificación puede ser interna (del propio operador) o externa (de una entidad certificadora o de una autoridad competente).

Etiquetado

La Trazabilidad Alimentaria tiene múltiples beneficios, entre los que se destacan:

  • Facilita la retirada o la recuperación de los productos que presenten algún riesgo para la salud pública o que incumplan la normativa vigente.
  • Permite localizar el origen y la causa de un problema sanitario y adoptar las medidas correctivas necesarias.
  • Contribuye a mejorar la calidad y la seguridad de los productos alimentarios, al fomentar las buenas prácticas y el control en todas las fases del proceso.
  • Aporta valor añadido a los productos alimentarios, al ofrecer información útil y veraz a los consumidores sobre su procedencia, su composición, su trazabilidad, etc.

Además, según el tipo de producto, pueden existir requisitos específicos de trazabilidad que regulen aspectos como el volumen, la temperatura, el etiquetado o la congelación.

Por ejemplo, el Reglamento 931/2011 de la Unión Europea establece requisitos específicos para los alimentos de origen animal, como la descripción exacta, el nombre y la dirección del explotador y del propietario, o la identificación del lote.

Según el Real Decreto 1334/1999, de 31 de julio, por el que se aprueba la norma general de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios, todo producto de origen animal debe llevar en su etiqueta la siguiente información:

  • El nombre del producto y su descripción, incluyendo el tipo y la especie animal, el método de elaboración y el grado de maduración o curación.
  • La lista de ingredientes y alérgenos, si los hubiera, así como los aditivos alimentarios utilizados.
  • La cantidad neta del producto y el número de raciones o unidades.
  • La fecha de caducidad o de consumo preferente, según corresponda.
  • El lote o el código de identificación del producto.
  • El nombre o la razón social y la dirección del fabricante, envasador o importador.
  • El país o lugar de origen del producto o del animal, si es diferente del anterior.
  • Las condiciones de conservación y uso del producto, incluyendo la temperatura y el tiempo máximos.
  • El modo de empleo o preparación del producto, si fuera necesario.
  • El valor nutricional del producto por 100 g o 100 ml, o por ración o unidad, indicando la energía, las grasas, los ácidos grasos saturados, los hidratos de carbono, los azúcares, las proteínas y la sal.
  • El precio por kilo o litro del producto, o por ración o unidad, si se vende a granel o envasado al vacío.

Esta información es esencial para que los consumidores podamos elegir los productos que más nos convienen según nuestras preferencias, necesidades y hábitos alimentarios. Además, nos permite evitar riesgos para nuestra salud derivados de alergias, intolerancias o contaminaciones.

Como podrás darte cuenta, la Seguridad Alimentaria es un tema complejo y dinámico.

Es un derecho de los consumidores y una responsabilidad compartida entre todos los agentes que intervienen en la cadena alimentaria, desde los productores primarios hasta los distribuidores y comerciantes, pasando por los transformadores e industrias alimentarias.

Todos ellos deben cumplir con las normas de higiene, trazabilidad, control y prevención de riesgos que garantizan la seguridad de los alimentos.

Por eso, es importante estar informado y formado sobre las normas y recomendaciones que nos ayudan a consumir alimentos seguros y saludables.

Disavasa pertenece a un grupo que controla y gestiona todo el proceso productivo de los alimentos que comercializamos. Es por eso que la calidad de nuestros productos está garantizada.

Haz click aquí para conocer nuestras marcas. Trabajamos en diferentes mercados: Canal Tradicional, Gran Distribución, Food Service e Industria.

Pollo: Valor nutricional, beneficios y consejos para su consumo

El pollo es uno de los alimentos básicos a la hora de la comida y cena. Además de ser barato y fácil de cocinar, hay infinitas formas de prepararlo que gustan a toda la familia.

Seguramente lo hayas disfrutado en varias presentaciones —asado o frito, por ejemplo— y tengas tus platos favoritos. Pero, ¿sabías que el pollo también es una excelente fuente de nutrientes esenciales para el cuerpo humano?

Se trata de una carne blanca, magra y baja en grasa, que aporta proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, el magnesio y el fósforo.

En este post, te contamos todo sobre el valor nutricional del pollo, sus beneficios y algunos consejos para su consumo.

Valor Nutricional

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), por cada 100 g de carne de pollo se obtienen los siguientes valores:

Para La Fundación Española de la Nutrición, por otro lado, la composición nutricional (de minerales) por cada 100 g de pollo es esta:

Según la misma fuente, estos son los valores para las vitaminas:

El pollo es una fuente rica en proteínas, lo que lo convierte en un alimento indispensable para cualquier persona interesada en mantener una dieta saludable y equilibrada. De hecho, una porción de 100 gramos de pollo contiene aproximadamente 25 gramos de proteína, lo que es más que suficiente para satisfacer las necesidades diarias de proteína de un adulto promedio.

Además, este tipo de carne es baja en grasas saturadas y alto en grasas buenas, como el ácido linoleico y el ácido oleico. También es rico en vitaminas y minerales esenciales, como las vitaminas B3 (niacina) B6 y B12, el hierro y el zinc.

Beneficios del pollo

La misma FAO, en este artículo, afirma que “la carne de pollo y los huevos proporcionan no solo proteínas de alta calidad, sino también vitaminas y minerales importantes”.

  • Ayuda en la formación y mantenimiento de los músculos y otros tejidos del cuerpo. Como ya hemos dicho, la carne de pollo es fuente de proteínas, que son fundamentales para la síntesis y reparación de tejidos musculares. El consumo de pollo es especialmente beneficioso para personas que desean aumentar su masa corporal y fortalecer sus músculos.
  • Gracias a su contenido en zinc y vitaminas del grupo B (B3, B6 y B12), fortalece el sistema inmunológico. El zinc estimula la producción y actividad de las células responsables de combatir infecciones. La vitamina B6 desempeña un papel importante en la producción de anticuerpos y células blancas de la sangre. Además, dichas vitaminas desempeñan un papel crucial en el metabolismo energético, el funcionamiento del sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos.
  • Ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, gracias a su bajo contenido en grasas saturadas —lo que lo convierte en mejor alternativa en comparación con las carnes rojas o procesadas—. Por esa misma razón, es ideal para mantener niveles saludables de colesterol en el cuerpo.
  • La carne de pollo es también rica en minerales como el fósforo y el calcio, nutrientes necesarios para mantener los huesos en buen estado. Además, el pollo también contiene selenio, un mineral con propiedades antioxidantes que ha demostrado reducir el riesgo de padecer artritis y otras enfermedades inflamatorias. También es fuente de hierro, que es esencial para la producción de hemoglobina y el transporte de oxígeno en el cuerpo.

En esta página de la FAO puedes consultar los beneficios de consumir pollo enumerados anteriormente.

Consejos para su consumo

Para aprovechar al máximo los beneficios nutricionales del pollo, es importante seguir algunos consejos para su consumo. Aquí te dejamos algunos:

  • Elige pollo de calidad. Normalmente se valora más el consumo de pollo orgánico, sin hormonas ni antibióticos. Sin embargo, el pollo industrial conserva todos los beneficios descritos anteriormente. Examina visualmente el pollo antes de comprarlo. Debe tener una apariencia fresca, sin manchas verdes o decoloraciones. La piel debe ser de color claro o rosado. Y lo más importante: no debe haber signos de deterioro ni mal olor.
  • Cocina el pollo correctamente. Para asegurarte de obtener los beneficios nutricionales del pollo y evitar enfermedades transmitidas por alimentos, es fundamental cocinarlo adecuadamente. Asegúrate de que el pollo esté completamente cocido antes de consumirlo, con una temperatura interna mínima de 75 grados. Esto ayuda a destruir cualquier bacteria dañina presente en la carne.
  • Evita consumir la piel del pollo a menudo (aunque sabemos que es bastante sabrosa), ya que es rica en grasas saturadas y calorías. Para mantener una dieta equilibrada y reducir la ingesta de grasas poco saludables, es recomendable quitar la piel antes de cocinar o al momento de servirlo.
  • Combina el pollo con otros alimentos saludables. Acompáñalo de verduras frescas, como ensaladas o salteados, y añade cereales, como arroz integral o quinoa, para obtener una variedad de nutrientes y fibras en tu dieta.

En resumen, el pollo no solo es apreciado por su sabor y versatilidad en la cocina, sino que también ofrece beneficios nutricionales significativos.

Optar por pollo de calidad, cocinarlo adecuadamente, evitar consumir la piel y combinarlo con otros alimentos saludables te ayudará a mantener una alimentación equilibrada y aprovechar todos los nutrientes esenciales que este alimento ofrece para tu salud.

¿Conocías toda esta información? Comenta cómo te gusta preparar el pollo y qué tipo de recetas te gustaría que subiéramos a este blog.

No dudes en consultar nuestro catálogo de productos. Ofrecemos una gran variedad en canales, despiece y elaborados.

Pollo a la cazadora: Receta saludable para cuidarse entre semana

En busca de opciones saludables y deliciosas para cuidarnos durante la semana, el Pollo A La Cazadora se presenta como una excelente alternativa. Es una receta tradicional, sencilla y sabrosísima que puedes preparar en poco tiempo y que te ayudará a cuidarte entre semana.

Este plato, además, te aportará todos los beneficios nutricionales del pollo de los que te hemos hablado anteriormente.

Como ya sabes, el pollo es una carne magra, baja en grasa y rica en proteínas. Combinada con verduras y una salsa de tomate casera, resulta en un guiso sabroso, nutritivo y muy reconfortante. Te contamos cómo hacerlo paso a paso.

  • Tiempo de preparación: 90 minutos
  • Comensales: 4 personas

Ingredientes

4 contramuslos de pollo

1 cebolla

2 dientes de ajo

200 g de champiñones

400 g de tomate triturado

100 ml de vino blanco

Aceite de oliva virgen extra

Sal y pimienta

Perejil picado

Preparación

  1. Salpimenta los contramuslos de pollo y dóralos en una cazuela con un poco de aceite de oliva a fuego fuerte por ambos lados. Retíralos y reserva.
  2. En la misma cazuela, sofríe la cebolla y el ajo picados finamente hasta que estén blandos. Añade los champiñones limpios y troceados. Deja cocinar todo durante unos minutos, removiendo de vez en cuando.
  3. Incorpora el tomate triturado, el vino blanco y el perejil picado. Salpimenta al gusto y lleva a ebullición. Baja el fuego y deja que se cocine la salsa durante unos 15 minutos, hasta que espese un poco.
  4. Agrega los contramuslos de pollo a la cazuela y cúbrelos con la salsa. Tapa la cazuela y deja que se cocine todo junto durante unos 20 minutos más, o hasta que el pollo esté tierno y bien hecho.
  5. Sirve el pollo a la cazadora bien caliente, acompañado de arroz blanco, patatas fritas o una ensalada verde.

¡Listo! ¡Ya puedes disfrutar de este plato casero y saludable!

Esperamos que te haya gustado esta receta de pollo a la cazadora y que te animes a probarla. Es una forma fácil y rápida de comer bien entre semana, sin renunciar al sabor ni al placer de la buena comida. ¡Buen provecho!

Recuerda que el primer paso en cualquier receta es elegir los ingredientes de mayor calidad. Y eso es justamente lo que nosotros ofrecemos.

Visita nuestro apartado de productos de comercio tradicional para conocer nuestro surtido en canal y despiece.

Longaniza de pollo, ajo y perejil al vino blanco

El pollo es uno de los alimentos básicos a la hora de la comida y cena. Además de ser barato y fácil de cocinar, hay infinitas formas de prepararlo que gustan a toda la familia.

Seguramente lo hayas disfrutado en varias presentaciones —asado o frito, por ejemplo— y tengas tus platos favoritos. Pero, ¿sabías que el pollo también es una excelente fuente de nutrientes esenciales para el cuerpo humano?

Se trata de una carne blanca, magra y baja en grasa, que aporta proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, el magnesio y el fósforo.

En este post, te contamos todo sobre el valor nutricional del pollo, sus beneficios y algunos consejos para su consumo.

Valor Nutricional

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), por cada 100 g de carne de pollo se obtienen los siguientes valores:

Para La Fundación Española de la Nutrición, por otro lado, la composición nutricional (de minerales) por cada 100 g de pollo es esta:

Según la misma fuente, estos son los valores para las vitaminas:

El pollo es una fuente rica en proteínas, lo que lo convierte en un alimento indispensable para cualquier persona interesada en mantener una dieta saludable y equilibrada. De hecho, una porción de 100 gramos de pollo contiene aproximadamente 25 gramos de proteína, lo que es más que suficiente para satisfacer las necesidades diarias de proteína de un adulto promedio.

Además, este tipo de carne es baja en grasas saturadas y alto en grasas buenas, como el ácido linoleico y el ácido oleico. También es rico en vitaminas y minerales esenciales, como las vitaminas B3 (niacina) B6 y B12, el hierro y el zinc.

Beneficios del pollo

La misma FAO, en este artículo, afirma que “la carne de pollo y los huevos proporcionan no solo proteínas de alta calidad, sino también vitaminas y minerales importantes”.

  • Ayuda en la formación y mantenimiento de los músculos y otros tejidos del cuerpo. Como ya hemos dicho, la carne de pollo es fuente de proteínas, que son fundamentales para la síntesis y reparación de tejidos musculares. El consumo de pollo es especialmente beneficioso para personas que desean aumentar su masa corporal y fortalecer sus músculos.
  • Gracias a su contenido en zinc y vitaminas del grupo B (B3, B6 y B12), fortalece el sistema inmunológico. El zinc estimula la producción y actividad de las células responsables de combatir infecciones. La vitamina B6 desempeña un papel importante en la producción de anticuerpos y células blancas de la sangre. Además, dichas vitaminas desempeñan un papel crucial en el metabolismo energético, el funcionamiento del sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos.
  • Ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, gracias a su bajo contenido en grasas saturadas —lo que lo convierte en mejor alternativa en comparación con las carnes rojas o procesadas—. Por esa misma razón, es ideal para mantener niveles saludables de colesterol en el cuerpo.
  • La carne de pollo es también rica en minerales como el fósforo y el calcio, nutrientes necesarios para mantener los huesos en buen estado. Además, el pollo también contiene selenio, un mineral con propiedades antioxidantes que ha demostrado reducir el riesgo de padecer artritis y otras enfermedades inflamatorias. También es fuente de hierro, que es esencial para la producción de hemoglobina y el transporte de oxígeno en el cuerpo.

En esta página de la FAO puedes consultar los beneficios de consumir pollo enumerados anteriormente.

Consejos para su consumo

Para aprovechar al máximo los beneficios nutricionales del pollo, es importante seguir algunos consejos para su consumo. Aquí te dejamos algunos:

  • Elige pollo de calidad. Normalmente se valora más el consumo de pollo orgánico, sin hormonas ni antibióticos. Sin embargo, el pollo industrial conserva todos los beneficios descritos anteriormente. Examina visualmente el pollo antes de comprarlo. Debe tener una apariencia fresca, sin manchas verdes o decoloraciones. La piel debe ser de color claro o rosado. Y lo más importante: no debe haber signos de deterioro ni mal olor.
  • Cocina el pollo correctamente. Para asegurarte de obtener los beneficios nutricionales del pollo y evitar enfermedades transmitidas por alimentos, es fundamental cocinarlo adecuadamente. Asegúrate de que el pollo esté completamente cocido antes de consumirlo, con una temperatura interna mínima de 75 grados. Esto ayuda a destruir cualquier bacteria dañina presente en la carne.
  • Evita consumir la piel del pollo a menudo (aunque sabemos que es bastante sabrosa), ya que es rica en grasas saturadas y calorías. Para mantener una dieta equilibrada y reducir la ingesta de grasas poco saludables, es recomendable quitar la piel antes de cocinar o al momento de servirlo.
  • Combina el pollo con otros alimentos saludables. Acompáñalo de verduras frescas, como ensaladas o salteados, y añade cereales, como arroz integral o quinoa, para obtener una variedad de nutrientes y fibras en tu dieta.

En resumen, el pollo no solo es apreciado por su sabor y versatilidad en la cocina, sino que también ofrece beneficios nutricionales significativos.

Optar por pollo de calidad, cocinarlo adecuadamente, evitar consumir la piel y combinarlo con otros alimentos saludables te ayudará a mantener una alimentación equilibrada y aprovechar todos los nutrientes esenciales que este alimento ofrece para tu salud.

¿Conocías toda esta información? Comenta cómo te gusta preparar el pollo y qué tipo de recetas te gustaría que subiéramos a este blog.

No dudes en consultar nuestro catálogo de productos. Ofrecemos una gran variedad en canales, despiece y elaborados.