Como ya debes saber, en España tenemos la garantía de que los alimentos que consumimos son seguros y no representan un riesgo para nuestra salud. El organismo público que se asegura de ello es la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que a su vez depende del Ministerio de Consumo.
Este tema nos concierne a todos. Por eso, es importante que estemos informados como consumidores, y que exijamos alimentos seguros y de calidad. Así, contribuiremos a garantizar la salud pública y a proteger el medio ambiente.
Es por ello que te queremos explicar los conceptos básicos y las medidas que se aplican para proteger la salud de los consumidores españoles.
¿Qué es la Seguridad Alimentaria?
En principio, podríamos definir la Seguridad Alimentaria como la garantía de que los alimentos que consumimos son seguros y no representan un riesgo para nuestra salud.
Dicha definición es correcta, pero el concepto hace referencia a mucho más que consumir alimentos que no sean dañinos para nuestra salud. A eso hay que añadir que, en la medida de lo posible, hay que optar por comida con alto valor nutritivo.
Como hemos dicho antes, el pollo es una excelente opción, ya que aporta proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, el magnesio y el fósforo.
La Seguridad Alimentaria también implica que los alimentos que compramos cumplan con los requisitos de calidad, composición, etiquetado e información que establece la normativa.
En el caso de España, es ahí donde entran en juego diferentes organismos e instituciones que se encargan de elaborar, aplicar y supervisar la normativa vigente, así como de coordinar las actuaciones entre las distintas administraciones públicas —estatal, autonómica y local—.
Seguridad Alimentaria en España
Como ya hemos dicho, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es el organismo público encargado de proteger la salud de los consumidores españoles.
Entre sus funciones se encuentran:
- Controlar el mercado de productos alimentarios para asegurar el cumplimiento con la legislación vigente.
- Gestionar y evaluar los riesgos para proteger la salud de la población y alertar en caso de ser necesario.
- Coordinar las actividades de los laboratorios oficiales de control alimentario.
- Colaborar con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y otros organismos internacionales en materia de seguridad alimentaria.
- Elaborar e implementar planes, programas y campañas relacionados con la seguridad alimentaria y la nutrición saludable.
La AESAN también se encarga de velar por el cumplimiento de la Trazabilidad Alimentaria en España.
Trazabilidad alimentaria
La Trazabilidad Alimentaria es la capacidad de encontrar y seguir el rastro de un alimento, un pienso o un ingrediente a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución.
Es un requisito legal establecido por el Reglamento 178/2002 de la Unión Europea, que tiene como objetivo garantizar la seguridad alimentaria y proteger la salud de los consumidores.
Se basa en tres principios:
Identificación: Se refiere a la asignación de un código o una etiqueta que permita diferenciar un producto o un lote de productos de otros similares. La identificación puede ser interna (del propio operador) o externa (de una entidad certificadora o de una autoridad competente).
Etiquetado
La Trazabilidad Alimentaria tiene múltiples beneficios, entre los que se destacan:
- Facilita la retirada o la recuperación de los productos que presenten algún riesgo para la salud pública o que incumplan la normativa vigente.
- Permite localizar el origen y la causa de un problema sanitario y adoptar las medidas correctivas necesarias.
- Contribuye a mejorar la calidad y la seguridad de los productos alimentarios, al fomentar las buenas prácticas y el control en todas las fases del proceso.
- Aporta valor añadido a los productos alimentarios, al ofrecer información útil y veraz a los consumidores sobre su procedencia, su composición, su trazabilidad, etc.
Además, según el tipo de producto, pueden existir requisitos específicos de trazabilidad que regulen aspectos como el volumen, la temperatura, el etiquetado o la congelación.
Por ejemplo, el Reglamento 931/2011 de la Unión Europea establece requisitos específicos para los alimentos de origen animal, como la descripción exacta, el nombre y la dirección del explotador y del propietario, o la identificación del lote.
Según el Real Decreto 1334/1999, de 31 de julio, por el que se aprueba la norma general de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios, todo producto de origen animal debe llevar en su etiqueta la siguiente información:
- El nombre del producto y su descripción, incluyendo el tipo y la especie animal, el método de elaboración y el grado de maduración o curación.
- La lista de ingredientes y alérgenos, si los hubiera, así como los aditivos alimentarios utilizados.
- La cantidad neta del producto y el número de raciones o unidades.
- La fecha de caducidad o de consumo preferente, según corresponda.
- El lote o el código de identificación del producto.
- El nombre o la razón social y la dirección del fabricante, envasador o importador.
- El país o lugar de origen del producto o del animal, si es diferente del anterior.
- Las condiciones de conservación y uso del producto, incluyendo la temperatura y el tiempo máximos.
- El modo de empleo o preparación del producto, si fuera necesario.
- El valor nutricional del producto por 100 g o 100 ml, o por ración o unidad, indicando la energía, las grasas, los ácidos grasos saturados, los hidratos de carbono, los azúcares, las proteínas y la sal.
- El precio por kilo o litro del producto, o por ración o unidad, si se vende a granel o envasado al vacío.
Esta información es esencial para que los consumidores podamos elegir los productos que más nos convienen según nuestras preferencias, necesidades y hábitos alimentarios. Además, nos permite evitar riesgos para nuestra salud derivados de alergias, intolerancias o contaminaciones.
Como podrás darte cuenta, la Seguridad Alimentaria es un tema complejo y dinámico.
Es un derecho de los consumidores y una responsabilidad compartida entre todos los agentes que intervienen en la cadena alimentaria, desde los productores primarios hasta los distribuidores y comerciantes, pasando por los transformadores e industrias alimentarias.
Todos ellos deben cumplir con las normas de higiene, trazabilidad, control y prevención de riesgos que garantizan la seguridad de los alimentos.
Por eso, es importante estar informado y formado sobre las normas y recomendaciones que nos ayudan a consumir alimentos seguros y saludables.
Disavasa pertenece a un grupo que controla y gestiona todo el proceso productivo de los alimentos que comercializamos. Es por eso que la calidad de nuestros productos está garantizada.
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